Día 1 de ayuno: Limpiar el cuerpo, limpiar el planeta

30 de marzo de 2020, se inicia la tercera semana de confinamiento por el corona virus. Hoy es el primer día de los 21 que he decidido limpiar mi cuerpo a través de un ayuno. La primera semana me acompañará una dieta de preparación, la segunda semana el periodo de ayuno en sí mismo y la tercera realizaré una dieta de salida parecida a la primera semana. Para hacer esto me inspiro y me guío en la dieta higienista.

Me he propuesto el reto de compartir la parte de mi proceso que pueda ser útil para los demás, así que cada tres días escribiré qué me está pasando y qué voy sacando en claro de mi proceso de limpieza.

Buena parte del mundo conocido se ha parado. El sistema productivo se ha parado y sólo sigue funcionando lo que es esencial para el mantenimiento de la vida. Nos hemos retirado a nuestras casas y dejado de trabajar para lidiar nuestra particular campaña contra el virus. Visto desde una perspectiva amplia el fenómeno es curioso, parece que le estamos dando un respiro al planeta o mejor dicho, el planeta ha decidido darse un descanso y nos ha hecho parar la locura que llamamos normalidad.

Un ayuno no es dejar de comer sin más, es un periodo de tiempo en el que reducimos la actividad todo lo posible para permitir al cuerpo que use la energía para limpiar sus tejido y órganos, limpiar las emociones y limpiar la mente. En el ayuno, no se come o se come lo mínimo para eso y se acompaña con descanso, meditación, expresión y reflexión.

Intuyo que cada ser humano es una célula de este planeta, si esto es así, todos formamos parte y tenemos una función vital en la Tierra aunque no seamos consciente de ello. Exactamente igual que una célula de nuestro cuerpo no es consciente de su función en el conjunto del cuerpo, pero eso no quita que sea imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. Creo que hace tiempo al planeta le han salido unos cuantos tumores cancerígenos. Como sabes el cáncer se produce por una generación incontrolada de células que dejan de cumplir con su función global para sólo consumir energía y crecer y crecer y crecer. El crecimiento celular desmedido y sin función conduce al organismo al colapso y a la muerte.

En la actualidad se estima que hay en el mundo 7625 millones de personas. Muchas de estas personas/células del planeta están actuando como células cancerígenas sin ser consciente de ello. Se han olvidado de la función global que poseen y sólo consumen, consumen y consumen energía y materia sin aportar nada a la función vital global.

Desde una mirada amplia y global de lo que está pasando en la actualidad con el corona virus, intuyo que el sistema inmunológico del planeta está actuando sobre las células humanas con la finalidad de restablecer el equilibrio y la salud de la unidad planetaria. Intuyo también que estamos muy al principio del proceso de sanación. Es decir, nos acabamos de enterar de que tenemos cáncer y todavía no hemos iniciado la terapia necesaria para ello. Intuyo también que el sistema inmunológico del planeta actuará fuertemente sobre las células cancerígenas que están produciendo desequilibrio.

Bueno, la cosa es, tú que estás leyendo esto, te sitúas dentro de las células cancerígenas o de las células benignas. Para saber si eres una célula benigna formúlate estas preguntas:

  • ¿Respetas y cuidas tu cuerpo?
  • ¿Comes sano y sosteniblemente?
  • ¿Tu vida tiene un propósito o un sentido del que disfrutas?
  • ¿Te ríes, compartes y amas?
  • ¿Respetas y disfrutas los entornos naturales, los animales y plantas?
  • ¿Consumes lo que necesitas y no más?
  • ¿Conectas con la naturaleza por el placer de hacerlo?
  • ¿Valoras lo que tienes o estás siempre pensando en lo que te falta y te gustaría tener?
  • ¿Valoras lo simple, lo que va solo y tiene que ver con la belleza de la existencia?
  • ¿Cultivas la consciencia de que formas parte de algo más grande?
  • ¿Caminas hacia descubrir que existe un universo invisible que orquesta toda la vida, al que algunos llaman espiritualidad?
  • ¿Amas que estás vivo?

Intuyo que el planeta se está limpiando de la toxicidad que ha generado la civilización que hemos creado y que no es capaz de reparar. Por ello, a partir de hoy empiezo un ayuno, le doy un respiro a mi cuerpo, para que se limpie y expulse la toxicidad que lleva dentro por haber comido en exceso, por hacer vivido a un ritmo por encima de lo que es sano, y por llenar mi mente de expectativas generadas por mi ego que nada tiene que ver con mi función global. Krishnamurti dijo «Usted es el mundo y el mundo es usted«. Lo leí hace muchos años y se me quedó grabado esta frase aunque no la entendiera en su momento. Yo soy el mundo y el mundo soy yo. Así que, si quiero cuidar el planeta, tengo que cuidar la parte que me toca: mi cuerpo. Mi cuerpo no me pertenece, pertenece al planeta. Cuidando mi cuerpo, cuido el planeta.

Hago este ayuno para alinearme con el planeta y sanar junto a él. Intuyo que esta es una de nuestras responsabilidades como parte de este mundo. ¿Qué vas hacer tú para alinearte con el planeta?

Gracias por leerme, si te apetece compartir lo tuyo, puedes hacerlo al final de esta página, será un gusto recibirlo.

Enrique Aguilar

Enrique Aguilar

Enrique Aguilar

Director de la Escuela. Activador del potencial humano.

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