Día 4 de ayuno: Vulnerabilidad, el valor de la vida y el amor

Tristeza, dolor, aceptación… Estoy en el cuarto día de dieta de preparación para el ayuno, mi cuerpo lo agradece.

El 23 de febrero de 2020 mi madre sufrió un derrame cerebral grave, sin buscarlo ni pedirlo se me puso enfrente su probable muerte. Y no hay nada como la muerte para encontrarse con lo esencial. De repente todo lo que era importante dejó de serlo y se hicieron figura dos cosas esenciales en mí: el valor de la vida y el amor.

En estos días de confinamiento todos estamos en contacto con la muerte y esto es lo que hace especial este momento. Y no me refiero solamente a la muerte física por la enfermedad, me refiero a todo tipo de pérdidas: libertad, dinero, planes frustrados, trabajo, el contacto físico, el contacto con lo amigos y seres queridos….

Yo creo que todo lo que estamos viviendo tiene un propósito. Si te fijas este contacto con la muerte de forma colectiva nos conecta con la vulnerabilidad y, desde la vulnerabilidad, podemos acceder a lo que es esencial: el valor de la vida y el amor.

Nuestra civilización ha vivido hasta ahora como si fuera invulnerable, prepotente y arrogante frente a la naturaleza y a la vida en general. Vivíamos de espalda a la muerte, como si fuéramos a vivir para siempre, y desde ahí nos hemos tomado el derecho de saquear el planeta. Nuestra arrogancia nos ha llevado a salirnos del ritmo natural de la vida para activar un ritmo loco que solo nos conduce a la autodestrucción por estrés y enfermedad.

Yo creo que es necesario que miremos a la muerte de frente, no para luchar contra ella y derrotarla, esto es más de lo mismo, necesitamos mirar a la muerte con humildad para sentir lo vulnerable que somos. Una sana vulnerabilidad que nos conecte con el corazón, para desde ahí valorar la vida por si misma, estoy vivo, soy vida.. qué maravilla!. Necesitamos esta sana vulnerabilidad para darnos cuentas que nos necesitamos, que el individualismo hay que trascenderlo para incluir al otro, para sentirnos parte de un todo más grande. Cuando esto sea así estaremos preparados para construir una sociedad más evolucionada, una sociedad que se responsabiliza de los daños que causa y los soluciona.

Hoy, como muchas otras personas, mi padre con 79 años de edad está confinado. Lleva tres semanas solo en su casa mientras su mujer, que recién ha salido de un coma de más de 20 días, está sola en una habitación del hospital. Hablando por teléfono, mi padre me contaba que todos los días hace una tabla de ejercicios y también un tiempo de bicicleta estática: «Me quiero mantener en forma, me siento como un jugador de fútbol que está en el banquillo y que se prepara para cuando lo llamen a jugar. Tengo que estar bien para cuando acabe todo esto pueda cuidar a tu madre». Yo le dije que era una buena motivación para mantener su salud y el me dijo: «la única motivación«. Cuanto amor.

Creo que estamos en un buen momento para re-cordar cuales son las cosas esenciales de la vida. Me dan ganas de gritar ¡RECUERDA!

  • Recuerda! estás viva, disfruta de respirar, disfruta de sentir, disfruta…
  • Recuerda! la vida te rodea párate a sentirla, qué maravilla!
  • Recuerda! no eres el centro del universo, formas parte de un todo y esto es maravilloso. Formas parte de tu familia, de tus amigos, de la naturaleza, del universo y de un propósito de vida y, si no puedes sentir que formas parte, haz terapia, pide ayuda, haz cursos, haz lo que tengas que hacer por tu bien y por el bien de todos. Que tú crezcas a mí me importa, formamos parte del mismo destino.
  • Recuerda! lo pequeño y simple tiene un valor inmenso: el rayo de sol que toca tu piel, la florecita que se hace camino, jugar con tu hijo, escuchar a un amigo, un pajarito cogiendo una brizna de hierba para construir su nido, una caricia, una sonrisa, un compartir…
  • Recuerda! la muerte forma parte de la vida, todo está en movimiento y en continua transformación. La pérdida duele, el dolor también forma parte de la vida. Aceptar es el camino que hay que explorar. Aprender a decir con amor adiós y gracias a lo que se fue, nos dignifica y da sentido a la existencia.
  • Recuerda! lo esencial es el afecto, lo que nos mantiene unidos. Y, lo esencial, hay que cultivarlo, hay que regarlo y abonarlo

¿Qué vas hacer tú hoy para cultivar lo que es esencial en ti?

Si te apetece compartirlo, puedes hacerlo al final de esta página

Gracias por leerme

Un abrazo

Enrique Aguilar

Enrique Aguilar

Enrique Aguilar

Director de la Escuela. Activador del potencial humano.

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