Te presento en este vídeo las tres identidades que cohabitan en nosotros. Se trata de un mapa que nos ayuda a entender nuestras propias contradicciones y a orientar nuestro camino de evolución personal.
Exploramos las tres identidades que coexisten dentro de cada uno de nosotros: el ego, el alma y el espíritu. Cada una de estas identidades desempeña un papel fundamental en nuestra vida, y entenderlas nos ayuda a comprender mejor quiénes somos y cómo interactuamos con el mundo.
El Ego: Nuestra Identidad Aprendida
El ego es la parte de nosotros que se forma a lo largo de nuestras vidas, especialmente en los primeros siete años, a partir de nuestras experiencias y del entorno en el que crecemos. Incluye nuestros valores, creencias, hechos y circunstancias familiares.
El ego crea una narrativa sobre el mundo en el que vivimos, y esta narrativa moldea nuestra realidad. Nuestras creencias limitantes y patrones de comportamiento son productos del ego. A menudo, el ego se aferra a creencias negativas sobre uno mismo, como la falta de valía, la insuficiencia o la falta de creatividad.
Esta identidad del ego se convierte en una parte significativa de nuestra personalidad y, en muchos casos, nos lleva a vivir en una especie de esclavitud de estos patrones.
El Alma: Nuestra Identidad Evolutiva
El alma es la parte de nosotros que busca la evolución y la exploración. Mientras que el ego tiende a ser defensivo y reacio a cambiar, el alma nos guía a través de intuiciones, pasiones y certezas.
Habla en un lenguaje no lógico, impulsándonos a avanzar hacia direcciones que a menudo no podemos explicar con palabras. Cada alma tiene un propósito único en la vida, y venimos a este mundo con intereses específicos para explorar. El alma integra lo que necesitamos aprender y lo que debemos dar a los demás.
En esencia, el alma es el portador de nuestro dharma y karma, es decir, lo que debemos aprender y lo que debemos dar.
El Espíritu: Nuestra Identidad Universal
El espíritu es la dimensión de nosotros que nos conecta con lo universal.
Cultivamos nuestra identidad espiritual a través del silencio interior y la presencia. Esto nos permite sentirnos parte de algo más grande, experimentar la unidad con el universo y recordar que somos parte de un todo. Esta conexión espiritual nos ayuda a comprender que somos «hijos de las estrellas», que formamos parte de algo mágico y misterioso.
La Coexistencia de las Identidades
Las tres identidades: ego, alma y espíritu, coexisten en nosotros y se expresan a través de tres canales: el pensamiento, el corazón y el cuerpo. A menudo, surgen contradicciones en nuestras vidas debido a la lucha entre lo que el alma y el espíritu desean y lo que el ego defiende.
El ego tiende a generar una sensación de separación, mientras que el alma busca la evolución y el espíritu nos conecta con la unidad universal.
El Propósito de las Identidades
El ego tiene un propósito evolutivo al actuar como un contraste que nos permite descubrir lo que el alma busca aprender y explorar. El alma busca la evolución y el desarrollo de su dharma y karma, mientras que el espíritu nos recuerda nuestra conexión con el universo y la unidad con todo.
Conclusión
Nuestra vida es un juego en el que estas tres identidades coexisten y se expresan. Comprender estas identidades nos ayuda a vivir de manera más auténtica y consciente, y a encontrar un equilibrio entre lo que hemos aprendido (ego), lo que queremos explorar (alma) y nuestra conexión con el universo (espíritu).
La vida se convierte en un juego apasionante de autodescubrimiento y evolución.
