Acceder a una vida con abundancia en todos los planos existenciales es algo deseado por todos.
Lo primero que quiero decir es que la abundancia no es tener mucho de algo, no es tener mucho dinero o muchas tierras o muchos amigos por ejemplo. No es un asunto cuantitativo, es cualitativo.
Estar en contacto con la abundancia es atraer en cada momento lo que necesitas. Fíjate bien, no es «TENER» es «ATRAER». Si tienes esta capacidad activada, el sentimiento de carencia, de que falta algo se desvanece…
Pareciera que son muchas las interferencias que nos inhabilitan para atraer aquello que necesitamos, pero en realidad, podríamos decir que es el MIEDO, esta baja vibración la que nos bloquea la paciencia y la confianza de aquel que vive en la abundancia y sabe que lo que necesita está al caer.
El miedo ciega y nos empuja al «TENER», a poseer mucho por si acaso en el futuro…, nos apegamos a las personas que decimos que amamos, nos agarramos a trabajos insatisfactorios, nos instalamos en la carencia, defendemos circunstancias vitales mediocres, manipulamos y nos creemos nuestros elaborados argumentos para no arriesgar…
Quién quiera empezar a salir de este lío, hasta donde yo alcanzo a comprender, debe abordar tres grandes asuntos:
- Consciencia de tu condicionamiento: poder ver cómo hay unas creencias que están operando en ti y darte cuenta que que tú no eres eso. Que son aprendizajes caducos que se han automatizado y te llevan a repetir una y otra vez las mismas conductas, muchas veces, autodestructivas.
- Consciencia de la muerte: La mayor parte de las personas vivimos como si fuéramos a vivir siempre, no nos damos cuenta de que nuestra vida es un pequeño transito finito, que nos moriremos. Si supieras que te vas a morir dentro de un año, ¿viviría igual que si no lo supieras? ¿cuáles serían tus prioridades entonces? ¿a qué dedicarías tu tiempo? ¿cómo serían tus relaciones? ¿qué cosas dejarías de hacer y qué otras harías que no estás haciendo? La consciencia de muerte nos hace más humildes para recibir las bendiciones de la vida.
- Cultivar el espíritu lúdico y activar tu potencial: si te fijas, y lo puedes comprobar por ti mismo/a, las personas inteligentes, amorosas y que hace lo que les gusta, son juguetonas. En mi opinión, son así porque el espíritu lúdico les conducen a desplegar su potencial. Jugando uno puede conseguir todo aquello que desea. Y no me cansaré de decir que jugar es la experiencia que realizamos por el gusto de hacerla. El jugar es un regalo de la evolución que nos conduce a mejorarnos y adaptarnos optimamente a los cambios. Integrar el espíritu lúdico en nuestra vida cotidiana nos relaja, nos ayuda a fluir con la vida y atraer aquello que necesitamos en cada momento.
«El hombre no deja de jugar porque se hace viejo, sino que se hace viejo porque deja de jugar.»
Bernard Shaw (Premio Nobel de literatura)
«El juego es la forma más elevada de la investigación.»
Albert Einstein